¡SE HIZO JUSTICIA, CARAJO! / Teófilo Villacorte

¡SE HIZO JUSTICIA, CARAJO!
(Disculpen la emoción)

No sé con que frase empezar; tal vez con: “por fin se hizo justicia o “tanto va el cántaro al rio que termina por romperse”, aunque no sean expresiones exactas para definir lo que acaba de ocurrir en el mundo, lo cierto es que nuestro laureado escritor Mario Vargas Llosa acaba de ganar el merecido Premio Nobel de Literatura. Y el Perú, en estos momentos de distracción y ofuscamiento político, debe celebrar este importante acontecimiento que lo vuelve a poner en los ojos del mundo, como cuando Machu Picchu fue declarado la sétima maravilla, o como cuando nuestra Maju obtuvo el galardón como la mujer más bella del mundo.

Pero lo de Varguitas es un hecho inesperado, porque después de perder la cuenta de su constante nominación, tuvimos que resignarnos con nostalgia a pensar que seria el eterno candidato, como lo es ahora el poeta sirio Adonis que aparece siempre entre los favoritos.
Revisando, en días pasados, los elegidos para ganar la dorada presea, dotado además de un millón y medio de dólares, nuestro querido Varguitas no aparecía como candidato fuerte. Algunos medios ni si quiera lo mencionaban, mientras que otros lo posicionaban con un ligero alejamiento de la cabeza, es por eso que, cuando se enteró de la noticia en Estados Unidos, no lo pudo creer y hasta pensó que era una broma. Allí me vino a la memoria: cuando le preguntaban sobre su constante nominación, respondía con buen sentido del humor, que siempre lo colocaban como favorito que ya no le era novedad.

Es necesario también aclarar que el mencionado premio ha tenido siempre una orientación ideológica de allí se puede explicar la demora en ponerlo en las manos de nuestro insigne escritor, pero los acontecimientos que han ido sucediendo en la vida de Varguitas como la extraordinaria calidad de su obra, traducida a innumerables idiomas, como innumerables premios obtenidos, mas su posición firme de plantear su renuncia a la presidencia del museo de la memoria por la inminente liberación de violadores de derechos humanos, para citar un ejemplo, ha jugado un punto a su favor, no digo decisivo. Pero hay muchos seguramente que siguen cuestionando su orientación ideológica y soslayan la extraordinaria calidad literaria de su obra, esa amalgama estructural finamente tallada propio de un escritor cerebral y persistente como Vargas Llosa, y que decir de su profunda y perspicaz labor crítica, el cual también lo ubica en un lugar importante en el mundo. El año pasado tuve la suerte de presenciar directamente una impecable disertación sobre la vida y obra de Juan Carlos Onetti, y el auditorio sencillamente quedó deslumbrado.

Esto es solo un minúsculo repaso de la obra de nuestro flamante Premio Nobel, que merecidamente y sin mezquindades todo peruano debe celebrar porque como dijo el propio Mario es un galardón para la literatura hispanoamericana, y que el premio es a su obra (desarrollada durante medio siglo de trabajo) y no a su ideología política.
Salud por la literatura mundial y salud por Varguitas.

Huarmey 7 de octubre del 2010

TEOFILO VILLACORTA CAHUIDE